Bien sabemos que nada es para siempre. Tarde o temprano, el célebre neoyorquino —quien en julio de 2022 cumplirá sesenta años— deberá decir adiós a la Fuerza de Misión Imposible. Y tal parece que este punto culminante sucederá en la venidera octava película de la franquicia.

Actualmente la séptima y octava entrega de Misión Imposible navegan por etapas distintas de producción; en ambos casos, tras sufrir reveces logísticos y presupuestarios. Es decir, efectos colaterales de los retrasos en la filmación, que a su vez sucedieron por culpa de la pandemia de COVID-19. El plan original era rodar ambas películas de manera simultánea, pero la crisis sanitaria vino a modificarlo. Y más allá de la delicada situación de salud global —persistente con la variante Ómicron— la presión es todavía mayor para Tom Cruise y el director Christopher McQuarrie. ¿Por qué? Por su reportada intención de darle un cierre a la saga con aquellas dos futuras cintas.

De acuerdo a Variety, la idea es que Misión Imposible 8 —ligada a Misión Imposible 7 por medio de un cliffhanger— sirva «como despedida para el personaje de Ethan Hunt». Una fuente cercana a la producción incluso se habría referido a ese par de títulos como una «culminación» para la serie entera de películas.

Cruise y McQuarrie buscarían otorgarle «un enérgico adiós al súper espía». Y para ello, cayó sobre sus manos un gigantesco presupuesto sin precedentes, el cual (siendo justos) ni siquiera estaba contemplado originalmente. Según números de Variety, sólo Misión Imposible 7 exigió desembolsar $290 millones de dólares. Esto superaba sobremanera —en decenas de millones— la inversión primeramente establecida por Paramount y Skydance Media. Pero con motivo de los reajustes en locaciones y fechas de producción, además de la puesta en marcha de protocolos de seguridad, devino necesaria aquella alza significativa en los gastos.

Misión Imposible 7 es ya la película más costosa de toda la franquicia y por un amplísimo margen. La cinta anterior, Misión Imposible: Repercusión (2018), tuvo un presupuesto estimado de $178 millones de dólares. O sea que la diferencia presupuestaria entre la sexta y séptima entrega fue de $112 millones, poco menos de lo invertido en la producción de Misión Imposible 2 (2000).